La mañana estaba gris
Aquél muchacho de ojios negros, parecía ser también un muchacho gris.
Sentado en un viejo banco de la vieja estación de un pequeño y viejo pueblo, miraba sin ver a quienes pasábamos a su alrededor
No pude contenerme y me acerqué y puse mi mano en su hombro. Levantó la vista y tendió a ponerse de pie, ante la anciana que estaba frente a él. Ejercí una leve presión con la mano e hice un gesto de que no lo hiciera, pensando ¿quién soy yo para que nadie se ponga de pie ante mi presencia?
Acto seguido, le pregunté si podía sentarme junto a él y asintió con la cabeza.
Sus tristes ojos negros fijaron su mirada en los míos. Esbozó una sonrisa y un hilito de llanto inició recorrió sus mejillas.
Permaneció así unos instantes, respiró profundamente y me dijo "no soy de acá, he venido al entierro de mi abuela muy querida. El mes pasado pasé veinte días con ella y era una campanita, con sus ochenta años y de pronto me llaman y estaba en sus últimos momentos".
En ese momento el hilito de llanto era un arroyo.
Y continuó, por eso al verla me conmoví tánto
Fue uno de esos momentos en los que uno siente que cualquier cosa que diga va a ser una pavada, entonces me mantuve en silencio a su lado
Cuando llegó el tren,subió y se sentó junto a mi. Hablamos largamente y hoy, en nuestros ratitos de chateo y nuestros largos mails, hablamos de nuestras pérdidas, dolores y alegrías
Se me ha sumado otro nieto
martes, 13 de enero de 2009
He vuelto
Como dije en algún momento, en la vida hay años de otoños y años de primavera.
Me tocó una temporada de "otoño" y, entre dolor y vaivenes, me alejé de la máquina
Pero ahora que trato de seguir adelante, creo que ésto es una buena distracción
Me tocó una temporada de "otoño" y, entre dolor y vaivenes, me alejé de la máquina
Pero ahora que trato de seguir adelante, creo que ésto es una buena distracción
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